Las comensales. Una propuesta ornamental para Orgoreyn 2022
Fotografías: Mayte Gómez Molina
Monolito
Las comensales. Una propuesta ornamental para Orgoreyn es un proyecto que investiga las capacidades del ornamento para estructurar y disciplinar las arquitecturas, los cuerpos, las ficciones y sus narrativas.
Partiendo de la novela de ciencia-ficción feminista La mano izquierda de la oscuridad (1969) de Úrsula K. Le Guin, se pretende dibujar una genealogía ficcional del ornamento floral y arquitectónico, convertido en un diseño especulativo hipotéticamente exportable al planeta Invierno, lugar ficticio donde se desarrolla la novela. Este mundo, habitado por una raza de seres humanos carentes de sexo y género, plantea interrogantes acerca del lugar central que ocupan estos conceptos en nuestra cultura.
¿Podríamos imaginar una sociedad sin géneros?
¿Y construirla?
Las flores, como elemento tradicionalmente asociado a la ornamentación femenina, pero también como motivo recurrente en la arquitectura y la vestimenta, suponen un punto de partida clave para repensar las relaciones generizadas entre nuestros cuerpos, sus espacios y los objetos con los que nos acicalamos y relacionamos de forma íntima.
La columna a su vez es un elemento a caballo entre lo estructural y el ornamento. Un objeto sustentante que se viste para ser visto, como si adornar fuera una forma de dirigir la mirada. ¿Qué sostiene realmente una columna? Según Vitrubio los órdenes clásicos (dórico y jónico) se asociaban con la masculinidad y la feminidad, respectivamente. Sin embargo, las columnas que conforman Las comensales. Una propuesta ornamental para Orgoreyn se encuentran fuera de este binarismo, estableciendo un símil entre los cuerpos disidentes y otras tipologías de columnas (abalaustradas, fajadas, salomónicas, torsadas, etc.).
En este proyecto el adorno floral y columnario ha sido sustituido por el gris del cartón y el blanco de la porcelana. Al eliminar la capacidad ornamental (y también la estructural) de los objetos salen a la luz sus formas, sus siluetas, sus contornos. Sus posibilidades como objetos sin función precisa. Cuerpos autónomos.
¿Podríamos imaginar una sociedad sin flores?
¿Y sin sustento?